BRASIL- DÍA 21
BRASIL, SABEMOS QUE SE SIENTE.
Poeta de Varela. (Argentina)
Sábado10
de diciembre, 6 a.m. Marina se dirige a su trabajo. Desde que toma
el colectivo en la esquina de su casa hasta que sube al tren y llega a
Constitución, no escucha otra cosa que los comentarios de los partidos del día
anterior. Argentina a semifinal y Brasil eliminado por Croacia en los penales. Y
no sabía si estaban más eufóricos por el avance argentino o por la eliminación
del país hermano.
Desde
la maldición del gato a Brasil decime que se siente, pasando por que Brasil era
un mar de lágrimas de tanto llorar, los gritos, cantos y risas, a un elevado
volumen, eran ensordecedores, pero, de todos modos, intentó concentrarse en la
lectura.
A
los comentarios que iniciaron dos o tres pasajeros, pronto se unieron casi
todos. Esa mañana, curiosamente, ella, era la
única mujer en el vagón. Alguien se percató de ello y expresó:
-Che,
pero nos falta la opinión de una dama - y mirando a Marina le dice en tono un
tanto burlón - ¿Qué nos podés decir?
Apartó
la vista del libro y miro a su alrededor; todos tenían sus ojos puestos en
ella, expectantes, esperando su respuesta.
-No
sé en verdad si les gustará escuchar lo que pienso…Después no digan “mujer
tenía que ser” ¿eh? …En primer lugar, está bueno un chiste, una broma, un meme,
es parte del folklore del futbol, lo sé, pero ¿hace falta ensañarse tanto, como
lo están haciendo ahora, acá? ¿Cómo se sentirían ustedes? Pónganse en sus
zapatos…hagan memoria y piensen como se sintieron en el 2014…No les gustó ser
el blanco de tantas cargadas ¿Verdad? así como se sintieron ustedes, así se
sienten ellos hoy.
Silencio
stampa diría el Coco Basile. Nadie dijo nada y ella continuó:
-
Y juro que no entiendo ni entenderé porque nos enseñaron a ver a los brasileros
como si fueran el enemigo. A ellos les pasa algo semejante, pero…solo somos rivales
en el juego y hermanos de una patria grande. En 2014 en Brasil gritaron el gol
alemán como si fuera propio, ayer acá todos celebraban los goles de Croacia. ¿Cuál
es el problema?
Ellos
tuvieron a Pelé y tienen a Neymar, nosotros a Maradona y a Messi, y cada uno
tiene su estilo, su juego. Ellos ganaron un mundial cinco veces y nosotros dos
¿y qué?
-Somos
distintos – se escuchó decir del fondo del vagón.
-Bien
ahí, pibe – dijo Marina – y gracias a Dios que somos distintos, Y en esa
diversidad está la riqueza que pocos saben mirar, tanto de un lado como del
otro. ¿Sabían ustedes que en la favela Morro do Dendé, en Rio de Janeiro, hay
una calle adornada con los colores argentinos que celebra al Diego y a Lio?
Luego de todo lo que escuché, no los veo a ustedes haciendo algo semejante.
Faltan
tres estaciones para llegar a destino.
-Seguro
la hinchada brasilera recibirá fríamente a sus jugadores, acaso aplaudan un
poco más a unos que a otros, habrá algún silbido, pero tras el cimbronazo de
los primeros días, sabrán mirar el vaso medio lleno y no tanto el vaso medio
vacío. La semana que viene no trabajo, así que no los veré y créanme que mis
oídos estarán agradecidos – hubo una carcajada general y prosiguió – Dios
quiera que el 18 estemos jugando la final y que podamos ganarla, porque todos
la merecemos: el cuerpo técnico, los jugadores y sus familias que son quienes
apoyan siempre, en las buenas y en las malas, el pueblo que alienta, todos,
pero si así no fuera, valoren hasta donde se llegó. Piensen en ese vaso medio
lleno, por favor. Y lo dijo una mujer y las mujeres mucho de esto no entendemos…Risas.
Un
señor que peina canas le dice que ahora las mujeres si entienden de esto y
mencionó la terna arbitral femenina y habló de Ángela Lerena y Lola del Carril,
haciendo historia con sus relatos en este mundial y de Sofía Martínez,
periodista, que hace un trabajo impresionante cubriendo entrenamientos, los pre
y los post partidos. Hubo aplausos.
Llegaron.
Para descender del tren, esperó a que todos desciendan primero. Y sintió una
conjunción de sentimientos: la celeste y blanca, la pasión del hincha, el hecho
histórico de las mujeres en un mundial, los derechos igualitarios, y se sintió
orgullosa. Y se fue pensando en que bueno es eso de mirar siempre el vaso medio
lleno, que no es poca cosa.
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