FIN DEL MUNDO - DÍA 23

Apocalipsis

Gustavo Grosso (Argentina)


47 1El fin del mundo estaba a la vuelta de la pelota, en el punto del penal, en las manos del Dibu. Miles de años antes, la profecía escrita había dicho que Diego llegaría primero como ladrón en la noche, y luego aparecería públicamente, entremezclado con los barras en la tribuna. Y así, en la noche de Qatar, cuando todo parecía envolverse en tinieblas, un resplandor quebró la incertumbre, y en el minuto final del suplementario, Diego apareció en los pies del arquero albiceleste, para revivir el milagro y evitar la proliferación de bypass coronarios. 2"Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será Diego en su día. Pero primero es necesario que el mesías padezca mucho y sea rechazado por esta generación". Y así había sido. Los últimos hombres, envueltos en sus hiyab, huyeron del estadio ante la inminencia del milagro del dios Diego. Todo era incertibumbre, todo fue luz. La resistencia de las sin fe, los extenuados por las circunstancias adversas, las pestes, los delirios del capitalismo, las gemas caras, los pasajes con sobreprecio, el dolor de ya no ser. 3Una luz infinita, un milagro de amor, nadía había podido dormirse aquí: bienaventurados los que tienen hambre y sed de vuelta olímpica, porque ellos serán campeones del mundo; bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia; bienaventurados los limpios de tarjetas amarillas, porque ellos jugarán la final; bienaventurados los que buscan la tercera copa aunque sea por penales, porque ellos serán llamados hijos de Diego.

48 1"Todo nos falta aquí abajo. Todo, menos las estrellas". Los versos de Tuñón, dichos por el escritor alguna vez identificado con el partido comunista y con los poetas soñadores del Grupo Boedo, atravesaron un siglo de pocos logros económicos, pero de muchos gritos deportivos. En la creación del fútbol y sus convites, Diego había incluido a los poetas, a los Fontanarrosa, los Caloi, los Sacheri. También a los pintores, a los ilustradores, a los atorrantes, a los vagos, a los drogadictos. Diego había vuelto por un instante a la tierra, a un estadio luminoso de Qatar, a sembrar de amor y fantasía un momento soñado. Siendo Diego el gestor, no podía faltar la incertidumbre, el miedo, la sorpresa, la aventura. Abrió los mares, causó el milagro. Y bendijo a su hijo pródigo, a quien lo encandiló de luz. 2Y el fin del mundo fue el inicio de otro mundo, un mndo que no cabe en el universo. Y hubo fiesta en la tribunas y un beso al brillo. Y el sol, los planetas, las lunas y los espejos saludaron  el nacimiendo del nuevo hijo pródigo. Y Lionel fue Diego por un día; y Diego entronizó a Lionel por y para siempre. Y se festejó en la 9 de Julio. Y fue alegría alegría a los corazones. Amen, por siempre. Diego es la verdad y la vida. 3Y por un rato, Lionel también.

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