PERDIDOS EN BANGLADESH - DÍA 20
PERDIDOS EN BANGLADESH
Carlos Elorza (Argentina)
Keith está apoyado en un farol
de una plazoleta de Parque Chas, el barrio laberinto de Buenos Aires. Explica
mitad en inglés mitad en una mezcla de español y lunfardo porteño que está
perdido. Se enamoró de una piba de la Cámpora que le alcanzó un chori en una
“basic”, se sirve tinto en un vaso de
plástico, y está chochou de la vida, además, con el magíc bus que le prestaron
los Who. Que con él llegó a esta zona del mundo donde toda la gente se sabe
todos sus temas y le parece toda la gente muy copada. Fumando y con una vincha
celeste y blanca que le termina de atar su novia peronista, alza los brazos
para saludar al Polaco y a Macedonio que suben al vehículo ploteado con tonos
fluo e imágenes psicodélicas que van mutando con la intensidad de la luz. El
ómnibus es una gran caja de música hacia afuera. Adentro y, en marcha con Keith
al volante y su novia atrás cebándole mate o masajeándole los hombros, suenan
en el reproductor de magazines Los Panchos con Eydie Gormé, a pedido de
Macedonio y de Xul que pinta una bandera con las caras de Messi y de Diego en
cada cristal de unos anteojos del Indio Solari.
-Nosotrous, que nos queremos
tantou…- acompaña Richards mientras por el espejo que da al interior del
transporte le tira un beso a su novia
- Lindo el tema Pibe ¿vos
sabés que yo manejé bondi? Uno parecido a éste ¿estás en la UTA? – apunta el
Polaco
El ómnibus ahora avanza lento
frente a una multitud de pibes con camisetas argentinas que saltan y cantan en
una esquina rodeando a una anciana que agita una bandera. El “¡Abuela!! ¡la la
la, lala!!” con la melodía de “Go west” repetido a todo volumen por la banda y bailado
por la vieja, termina con la Abuela arriba del micro con un selecto grupo de
“nietos” que no paran de agitar.
El micro arranca y luego de que la vieja mande para Rosario, ya
nadie duda que van a buscar a un veterano que vive en Ludueña y que nunca,
jamás, vió a Messi perder un partido en
toda su trayectoria en el baby. Además se cayó de un paravalanchas en el
Mundial de Méjico del ochenta y seis cuando Diego tiró en el segundo gol a los
ingleses y se escapó rengo de la clínica sin el alta y llegó al Azteca para ver
el alargue contra Alemania.
En Rosario, sube Don Santos
con un paquete de fideos en una mano y una cajita misteriosa en la otra.
- ¡El Fideo y la Pulga!
Exclama alzando las manos al subir.
- Agarrá por Venado Tuerto
Pibe, muchos que están en Doha, me dicen que conviene por ahí. Que el camino te
lleva. Que me baje donde se bajan todos – manda con autoridad Santos.
Saliendo de Rosario, la noche
es clara y paran a fumar, al baño, esas cosas. Después, se entretienen mirando
estrellas fugaces, pidiendo deseos y rancheando. Se quedan dormidos.
Cuando se despiertan, ven
alrededor del micro, un montón de gente con camisetas argentinas. A salir el micro
de Parque Chas ya le había puesto banderas y cuando subió la Abuela
todavía más. Al ver banderas argentinas, las personas que rodean el ómnibus se
acercan y empieza a aplaudir y a saludar.
-Abajo- se oye y todos
obedecen.
Piensan que están en Qatar
pero la confusión aumenta cuando no ven a nadie que tenga otra camiseta que no
sea la de Argentina. No hay de Francia, ni de Marruecos que juegan hoy, ni de ningun
croata rezagado.
-Nene , hacé el favor vos que
hablás inglés , preguntales para dónde queda Qatar- el Polaco confía en Keith
para intérprete
El grupo, ve volver a Richards
que consultó en un negocio con gesto preocupado. Le preguntan todos a la vez y
lo mismo:
¿Cuánto falta? ¿Sabés cómo
llegar?
-No. Dicen que en avión-
¿Qué? ¿Pero dónde estamos,
esto no es Doha? La pregunta se hace grito.
- Estamos perdidos en
Bangladesh- se encoge de hombros Keith mientras su novia vuelve a masajearle
los hombros, el Polaco pide un cigarrillo mientras acaricia el escudo de
Platense de su camiseta y Macedonio y Xul se preguntan a cuánto estarán del
Ganges
De repente un grupo cada vez
más grande de bengalíes, se acercan con teléfonos móviles en mano, sus
camisetas argentinas, fotos de Messi, de Maradona, y rodean a la Abuela,
la miran, después miran las pantallas de sus teléfonos
y empiezan ellos también a cantar como en Liniers y en casi toda la Argentina,
Se baila, se canta por
Argentina, el Viejo, con Keith como intérprete, habla de las reliquias que
trajo de Rosario, Macedonio se interroga sobre el tiempo y el espacio y Xul,
ríe y pinta. Perdidos en Bangladesh, desean dormirse y despertar en Qatar y
lograr que pase eso. Eso que nadie quiere nombrar antes.
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