MUNDIAL 2122 - DÍA 22
MUNDIAL 2122
Stefani Sacchi (Argentina)
Ese sábado Gise pasó a saludar a su padre como lo hacía con habitualidad. En un rincón del jardín se pusieron a conversar.
Roberto
le contó que había pasado un amigo y que lo notaba cansado. Ese amigo ya
rondaba los 70 años y no podía dejar de trabajar. El problema no era económico,
sino que no encontraba a alguien que le inspirara confianza y pudiera continuar
con su labor. No había podido generar en sus hijos entusiasmo y se habían ido a
vivir a otro lado.
Gise
se puso a pensar y era verdad lo que decía su papá. En algunos años muchos
oficios dejarían de existir. Por un lado el avance de la tecnología. Por el
otro el no haber generado en la descendencia un verdadero valor por las raíces.
Las empresas familiares de extensos años de tradición serían vendidas o
fundidas por no encontrar continuidad en algún familiar.
—¿Cómo
crees que será el mundo en cien años, pa?
—Creo
que será un mundo robotizado. La gente programará su vida para cumplir con los
estereotipos marcados. Muy pocos soltarán abrazos ya que muchos creen que surte
el mismo efecto un mensaje por aparato. Sobre todo los que hayan abandonado el
barco y se hayan ido a vivir a otro lado. El deporte no estará a exento,
mirá ahora no más como cambia todo con el VAR.
—Uy
si, pa! Imagínate el mundial 2122. Va a estar todo digitalizado.
—Si,
aunque un mundial de fútbol tiene un no sé qué. Hace que los humanos se
conviertan en más humanos y los genios en más genios. Los mundiales son como
una pausa en las vidas de las personas. Los mundiales unen aunque justamente la
tecnología se ocupe de marcar rivalidad.
—Si,
son una pausa en la rutina y dejan muchas historias para contar.
—Claro,
ojalá en cien años tus nietos le transmitan a su descendencia todo aquello que
vos les puedas contar.
—Uf.
Los voy a cansar. Les voy a hablar de Maradona. Todo lo que se es por vos. Les
voy a hablar de Messi y del mundial 2022.
—Si
lográs el cometido, desde dónde esté lanzare un suspiro. No tengo idea que
pasará en 2122, ni siquiera si habrá manuales para estudiar. Pero si existen,
aunque sea de manera virtual, al lado de algunos próceres varios deportistas
deberían figurar.
—¡Tenés
razón! Les voy a hablar de los héroes de la pelota. Seguro van a googlear para
comprobar que lo que diga es verdad. Les voy a decir que tuvimos la suerte de
tener los mejores jugadores del fútbol. Que nos representaron en el mundo y sus
triunfos nos unieron y emocionaron un montón.
—Es
que fuimos unos afortunados. Es algo que dudo que se vuelva a dar. Igual no
creo que necesiten corroborar por internet. No importa el año que sea. Mientras
el mundo sea mundo, hay nombres que trascenderán todos los tiempos. Cómo Diego,
cómo Lionel.
El
horario de visita terminaba. Gise se fue feliz. Eso que cada rato al geriátrico
la partía en mil pedazos el alma. Le costaba digerir que una mente fuerte y
memoriosa habitará un cuerpo frágil y deteriorado por el Parkinson. Escuchar a
Roberto tan lúcido la reconfortaba. Ni el mejor libro del mundo podría superar
las historias y reflexiones de su maestro: su papá.
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